El antecesor más directo del laúd es el ud islámico procedente del Asia occidental y que fue introducido en Europa a través de España a principios del siglo XIII. El termino ud significa madera o vara flexible y parece indicar que los instrumentos similares que había entonces estaban construidos con caparazones de animales, mientras que el ud era totalmente de madera. El laúd alcanzó una gran popularidad en el Renacimiento y generó una amplia literatura. En el siglo XVI se construyen los archilaúdes, con cuerdas graves añadidas, y tiorbas, con dos juegos de cuerdas y clavijeros separados para los graves, siendo el chitarrone una variante de mástil prolongado de hasta dos metros de altura